Desde el principio de los tiempos, el espíritu emprendedor ha guiado las mayores hazañas de la humanidad. Desde los inicios de la agricultura o la construcción de los primeros navíos, el emprendimiento es sinónimo de prosperidad, avances tecnológicos y progreso. Del mismo modo, algunas de las mayores hazañas y descubrimientos de la Historia han sido realizadas por grandes emprendedores como Marco Polo, Leonardo Da Vinci o Steve Jobs. El emprendimiento está inscrito en el ADN del ser humano y, en pleno siglo XXI, goza de buena salud.
El fenómeno de las startups es una muestra de ello, creándose una nueva industria milmillonaria alrededor de nuevos proyectos con grandes ideas y equipos cualificados para llevarlas a cabo.
Emprender no es únicamente tener una buena idea. Significa tomar riesgos, gestionar equipos, comunicar, gestionar éxitos y también muchos fracasos. Y para que eso sea posible es necesario un ecosistema robusto que apoye el emprendimiento para convertir una idea disruptiva en una empresa próspera y sostenible. Es el momento de dar un paso adelante. Entre todos.